Cristóbal Gracia edifica proyectos que brindan una interpretación crítica del poder, violencia e historia, así reconstruyendo las relaciones entre nuestro pasado y futuro. Anclando cuerpos de trabajo divergentes –desde performances bacanales a esculturas Babelescas– Gracia busca generar un cuestionamiento sobre la escultura urbana monumental, su rol en la cultura contemporánea y sobre lo que significa llamar a algo “monumental”. Partiendo de la idea de esculturas gemelas, Gracia desarrolla un proyecto basado, en las casi idénticas, esculturas monumentales ubicadas en la Ciudad de México y Denver creadas por Herbert Bayer, artista, diseñador y arquitecto de la Bauhaus. Ambas esculturas, construidas de bloques de concreto pintados de amarillo, llevan el nombre de “Muro Articulado” y fueron concebidas por Bayer para ser vistas desde un automóvil en movimiento.
El interés principal de Gracia radica en las implicaciones históricas, sociales y políticas de estas esculturas públicas “en movimiento” y de cómo pueden existir en contextos totalmente diferentes y de manera discordante con las intenciones detrás de la obra de arte. En la Ciudad de México, la escultura está ligada a la violencia de la masacre estudiantil del 2 de octubre de 1968, un total contraste a la imagen de paz que buscaba brindar la Ruta de la Amistad como parte de los Juegos Olímpicos de ese año. En Denver, una versión aún más grande de la escultura fue construida 20 años después como logo de un centro comercial de diseño de lujo. Sin embargo, su significado también ha sido subvertido e ignominiosamente transformado con el nombre popular “The French Fry Stack” (el montón de papas fritas).
Siguiendo una lógica iconoclasta y vandálica de deconstrucción del significado y forma de estas masivas esculturas, Gracia escenificó y documentó una serie de acciones e intercambios involucrando a los dos monumentos; un concurso de comer papas fritas enfrente de la escultura de Denver como una forma simbólica de desmantelar o destruir la escultura. Gracia generó una clonación e intercambio de las placas informativas de ambas esculturas y finalmente construyó su propia versión de “Muro Articulado”. Gracia cuestiona irónicamente la apertura o vacío ideológico de la escultura abstracta usada de manera preferida como estética del arte público contemporáneo.